Documentos de la antigua Inclusa en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid

De Textos Hispánicos
Saltar a: navegación, buscar
  Entidad financiadora: Comunidad Autónoma de Madrid - Universidad de Alcalá
  Entidades participantes:  Universidad de Alcalá
  Duración: enero 2006 - diciembre 2006
  Investigador responsable: Pedro Sánchez-Prieto Borja
  Número de investigadores participantes: 8
  Cuantía 10.000 €

Los fondos de la Inclusa de Madrid han sido estudiados, parcialmente, solo desde el punto de vista histórico, con el objeto de dilucidar el origen de la institución y comprender el funcionamiento interno de ésta (Reyes de Leoz, 1975). Al respecto, la referencia más importante es la obra de F. y B. Vidal Galache (1995).

Dentro de los fondos conservados, los documentos más llamativos, son, sin duda, las "notas de abandono" y las "nota de entrega" de niños. Era, por desgracia, un hecho frecuente en los siglos XVI y XVII dejar al recién nacido o al niño de pocos días en el atrio de una iglesia o a la puerta de la casa de un señor. Entre las ropillas del niño los padres u otros parientes dejaban una breve esquela en la que solían anotar si estaba o no bautizado, el nombre que se le había puesto, raramente los apellidos, junto con exhortaciones a la caridad de quien pudiera hallar a la criatura (son las notas de abandono). También hay observaciones sobre los cuidados que necesita el niño, si padecía alguna enfermedad; tampoco falta en alguna las protestas sobre la limpieza de sangre de los padres, y aun sobre su condición de nobles. La persona que encontraba al recién nacido lo entregaba a la caridad pública, la inclusa, indicando en un trozo de papel las circunstancias del hallazgo; era la nota de entrega, que generalmente se acompañaba de una pequeña limosna. Esta notas, sobre todo las de abandono, son de gran interés para la historia social y cultural de Madrid en el primer período de su capitalidad, pero también para la historia de la lengua española, pues muchas de ellas están escritas por personas que apenas manejaban los rudimentos de la escritura. Estas notas serán publicadas próximamente en transcripción paleográfica acompañada de reproducción facsímil (Sánchez-Prieto Borja, en prensa), pero falta un estudio exhaustivo de las mismas.

Los documentos de carácter administrativo y judicial del fondo "Inclusa" (testamentos, cartas de adopción, traslados de sentencias que afectan a la institución, etc.) permanecen inéditos en su práctica totalidad, y sólo algunos de ellos han sidos transcritos parcialmente para ilustrar ciertos aspectos de la historia de Madrid, a pesar de su interés para rastrear los aspectos históricos de la llamada "norma [lingüística] madrileña" en el período en que se asienta en ella la corte de una manera definitiva.

En cuanto a las caracterización de esta supuesta "norma madrileña" no es mucho lo que se ha avanzado desde el trabajo clásico de Menéndez Pidal "Sevilla frente a Madrid". Bustos Gisbert y Santiago (2002) señalan la necesidad de revisar los planteamientos tradicionales que destacan el papel de Madrid como centro difusor de las soluciones castellano-viejas en fenómenos como la configuración del nuevo sistema consonántico en los siglos XVI y XVII. Para dilucidar esta cuestión habrá que rastrear documentos de diferente registro y nivel social de uso de la lengua. Y, por supuesto, habrá que acudir a los estudios demográficos para conocer de qué lugares procedía la población responsable del enorme crecimiento humano de Madrid, pues sólo en el marco de la historia general podrá plantearse una hipótesis verosímil sobre la génesis del castellano de la edad moderna.

Hipótesis y Objetivos

El objetivo del proyecto es doble:

  • En primer lugar, se pretende elaborar un corpus de documentos de los siglos XVI y XVII pertenecientes a la antigua Inclusa de Madrid y conservados en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid.
  • En segundo lugar, se llevará a cabo un estudio lingüístico de dichos documentos con el fin de contribuir a la caracterización histórica del castellano central, y en particular del de Madrid, en el marco de una revisión más amplia del proceso por el que nació el español moderno.

La elección del fondo de la Inclusa se justifica por la variedad tipológica de los documentos que contiene, en particular por las "notas de abandono" que acompañan al niño que los padres desamparaban. Estas notas son de gran interés para la historia social y cultural de Madrid en el primer período de su capitalidad, pero también para la historia de la lengua española, pues muchas de ellas están escritas por personas que apenas manejaban los rudimentos de la escritura.

Muchas de ellas corresponden a un registro que sólo en esta excepcional circunstancia comunicativa queda reflejado en la escritura, y es, en ciertos casos, el propio de personas que no han alcanzado ni siquiera un dominio mediano de la escritura. Precisamente por esto, los usos que muestran son reveladores de ciertos rasgos del castellano hablado en la época que no pueden tener reflejo en el documento notarial administrativo o jurídico al uso, mucho más acorde con las convenciones que, aun dentro de su heterogeneidad, caracteriza a la lengua escrita de los siglos XVI y XVII. La antigua Inclusa abarca, pues, una variedad documental que difícilmente tiene paralelo en otros fondos de la época.

Aunque el objetivo principal, tras el establecimiento del corpus documental, es el examen lingüístico del mismo, habrán de tenerse en cuenta otros aspectos, pues son necesarios para una cabal comprensión de los documentos como piezas comunicativas.

En primer lugar, habrá que señalar el interés que para la historia de las mentalidades implican las notas de abandono y de entrega (véase, por ejemplo, la formulación cruda para la sensibilidad actual en 200 "echaron en la plaza esta criatura algún pobre que pasava de paso, y porque no se le comiesen puercos la hize recoger").

Otro foco de interés es, sin duda, el estudio del proceso educativo en los Siglos de Oro, y, en particular, la enseñanza de las primeras letras en la época. Las "notas de abandono" parecen indicar que la enseñanza por cartillas impresas (Infantes, 1998; Morreale, en prensa) estaba ya difundida a principios del s. XVI, según se comprueba por el usos de abreviaturas convencionales, como xpo ‘Cristo' incluso entre personas muy superficialmente alfabetizadas. También habrá que plantear si de los "lapsus calami" puede deducirse una enseñanza basada en la asociación entre letra y sonido o más bien "logográfica", que considera la palabra como la unidad básica (para las teorías pedagógicas de la época cf. Esteban y López Martín, 1993).

La hipótesis que habrá que intentar corroborar mediante un estudio lingüístico exhaustivo de los documentos del fondo "Inclusa" del ARCM es la existencia en el registro popular de soluciones innovadoras en el Madrid de sus primeros tiempos como capital del reino. Evidentemente, las consecuencias de los cambios demográficos del Madrid capitalino entre los siglos XVI y XVII para la historia lingüística del español moderno tuvieron que ser de alcance, pero no necesariamente en el sentido que suele señalarse de difusión de la norma norteña y castellana vieja, pues dista de estar probado lo que los historiadores de la lengua han venido repitiendo a pesar de los estudios recientes sobre el tema, que Madrid acogió preferentemente gentes de Castilla La Vieja, y no toledanos. El argumento de que Toledo no perdió habitantes hasta ya entrado el s. no indica que no hubiera flujo de Castilla la Nueva a Madrid, sino, sencillamente, que la tremenda crisis del campo a finales del S. XVI y en el XVII, junto a otros factores no tan evidentes, hizo que se diera un traslado del campo a la ciudad, de modo que la ciudad de Toledo, lo mismo que la de Valladolid, mantuvieron su población justo porque ésta disminuye en las tierras de su entorno. Al respecto señala Carbajo Isla con toda claridad que los inmigrantes procedían de Valladolid y Toledo en su mayoría, y cita un conocido pregón que quiere poner límites al flujo migratorio desde estas dos ciudades, que se citan expresamente. El castellano del centro peninsular tendría así en su registro popular unos usos más innovadores de lo que suele reconocerse (cf., en este sentido, PASCUAL, 1998), que lo vincularían históricamente a Toledo y a La Mancha, como efecto de un ciclo migratorio hacia Madrid que anticipa al que tendrá lugar en el s. XX (los rasgos del habla de Castilla-La Mancha en la actualidad han sido descritos por García Mouton y Moreno 1996, y Moreno 1996).