Documentos municipales conservados en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid
(Edición y estudio lingüístico) CCG06-UAH/HUM-0675
Entidad financiadora: Comunidadd e Madrid - Universidad de Alcalá Entidades participantes: Universidad de Alcalá Duración: Enero 2007- diciembre 2007 Investigador responsable: Pedro Sánchez-Prieto Borja Número de investigadores participantes: 7 Cuantía: 11.116 €
Hipótesis y objetivos del proyecto
El proyecto pretende continuar con la edición y el estudio lingüístico de documentos del s. XVI conservados en el Archivo Regional. El objetivo del proyecto es doble:
- En primer lugar, se pretende elaborar un corpus de documentos del siglo XVI pertenecientes a los fondos de los municipios madrileños conservados en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, continuando con la labor emprendida sobre la documentación municipal medieval. La práctica totalidad de esta documentación permanece inédita.
- En segundo lugar, se llevará a cabo un estudio lingüístico de dichos documentos con el fin de contribuir a la caracterización histórica del castellano central, y en particular del de Madrid, en el marco de una revisión más amplia del proceso por el que nació el español moderno.
La elección del fondo municipal se justifica por la variedad tipológica de los documentos que contiene y las posibilidades de estudio científico que ofrece. Dentro de la investigación histórica, estos escritos contienen información sobre la sociedad, la economía, la política o la justicia de los distintos municipios a lo largo de tres siglos: las concordias o los enfrentamientos con otros municipios y con la Corte; la evolución de los cargos públicos; los cambios en el amojonamiento de las tierras; las razones de los pleitos entre vecinos; compromisos comerciales; ordenanzas sobre cuestiones de diversa índole; relaciones entre vecinos de distintos credos; etc., contenidos que aparecen asociados a una tipología diplomática concreta y, en consecuencia, a rasgos léxicos y sintácticos particulares.
Pero la variedad tipológica de los documentos ofrece múltiples posibilidades para los estudios de historia de la lengua por cuanto puede facilitar una mejor comprensión del proceso evolutivo del español de la zona, con precisiones cronológicas y geográficas hasta ahora no logradas sobre la llamada "norma [lingüística] madrileña" en el período en que se asienta en ella la Corte de una manera definitiva. No es mucho lo que se ha avanzado sobre la supuesta "norma madrileña" desde el trabajo clásico de Menéndez Pidal "Sevilla frente a Madrid". Bustos Gisbert y Santiago (2002) señalan la necesidad de revisar los planteamientos tradicionales que destacan el papel de Madrid como centro difusor de las soluciones castellano-viejas en fenómenos como la configuración del nuevo sistema consonántico en los siglos XVI y XVII. Para dilucidar esta cuestión habrá que rastrear documentos de diferente registro y nivel social de uso de la lengua. Y, por supuesto, habrá que acudir a los estudios demográficos para conocer de qué lugares procedía la población responsable del enorme crecimiento humano de Madrid y su entorno, pues sólo en el marco de la historia general podrá plantearse una hipótesis verosímil sobre la génesis del castellano de la Edad Moderna.
Los fondos procedentes de Bustarviejo, Rascafría, San Martín de la Vega y Torrelaguna poseen documentación medieval y renacentista, que habrá que contrastar para indagar en la evolución diacrónica de distintos fenómenos lingüísticos. Son muchos más los fondos municipales del s. XVI, entre los que destacan Loeches, Valdilecha, Villamanta o Paracuellos del Jarama.
El grado de formulismo lingüístico difiere de unos tipos de documentos a otros, desde la encorsetada lengua de, por ejemplo, las pragmáticas y ejecutorias reales, a la mayor libertad expresiva de algunas partes de los libros de actas del concejo o de los expedientes judiciales, en los que se recogen las denuncias realizadas por particulares y los declaraciones de diversos testigos de muy distinta condición social, profesional o religiosa, diferencias que no pocas veces tienen su reflejo en la plasmación escrita de sus testimonios por parte del escribano del concejo. Los resultados del estudio lingüístico de estos documentos completarán los obtenidos del análisis de la documentación de la Inclusa, y permitirán rastrear aquellos rasgos más extendidos en la lengua coloquial, pero no necesariamente vulgares.
Así, se entiende que estos documentos son de gran interés para el estudio de la lengua. Por ejemplo, en un documento de 1588 llama la atención, en el plano gráfico, la preferencia por z en detrimento de c (lógicamente, consecuencia de la consumada indistinción entre sorda y sonora). Esta z, además, se encuentra en lugar de la alveolar s en casos como malzufrido, confusión cuya explicación puede estar tanto en el origen regional del escribano, de la testigo cuya declaración se transcribe o en una cierta extensión del seseo o del ceceo en Madrid entre las clases populares de diversa procedencia, que en esta época no cabe ya interpretar como confluencia entre las antiguas sibilantes dorsodentales y ápicoalveolares, sino del sonido interdental, por un lado, y alveolar sordo, por otro, resultantes de las antiguas parejas de sibilantes, según apuntan las notas de abandono del fondo Inclusa.
No menos interesantes resultan estos documentos en el plano léxico y de formación de palabras. Son numerosos los compuestos adjetivales formados con el adverbio mal: además del ya mencionado malsufrido, encontramos malacondicionado ‘de mala condición' o maltratada, que alterna con tratada mal. También permiten adelantar la primera documentación de algunas de estas voces o de otras como mareos, para indicar dolencia, palabra que según el Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico aparece por vez primera en el Diccionario de Autoridades.
La hipótesis de la que parte esta investigación, avalada por el trabajo cumplido sobre los fondos de la antigua Inclusa, es que el habla de Madrid, sobre todo en sus registros populares, es, ya en el s. XVI, más innovadora de lo que suele afirmarse. Y, desde luego, los fondos municipales del Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, prácticamente desconocidos, son de gran interés para reconstruir el proceso histórico por el que se forjó el español moderno.
Metodología y fases de la investigación
En primer lugar, una fase de la máxima importancia es el trabajo en el archivo. Resulta capital el examen detenido de los fondos documentales, en este caso del ARCM, tarea en la que vale la pena invertir mucho tiempo, ya que éste no cuenta con un catálogo conjunto, y la elaboración de los catálogos de cada uno de los municipios no se ha completado en todos los casos. La ausencia de índices cronológicos obliga a la búsqueda minuciosa de los documentos antiguos en cada uno de los catálogos, clasificados de acuerdo a una tipología de carácter administrativo y no diplomático.
Una segunda cuestión es la selección de documentos que luego se transcribirán. En cuanto a los criterios de selección, hay que tener en cuenta, en general, la variedad tipológica, la variedad cronológica, geográfica, y de contenidos, pues esto se refleja en la variedad léxica.
Tarea fundamental es la transcripción de los documentos, pues del rigor con que se realice depende la fiabilidad del corpus. Desde hace tiempo, nos planteamos que era imposible satisfacer todas las necesidades de quienes tienen como fuente para sus investigaciones los documentos con una sola transcripción. Por ello se decidió llevar a cabo dos «ediciones» diferentes del documento: la «transcripción paleográfica» y la «presentación crítica». La transcripción paleográfica pretende reflejar los usos del documento con todo detalle. Así, se presentan las grafías tal y como aparecen en el documento, se refleja el uso de mayúsculas y minúsculas sin cambio alguno, así como la «unión y separación de las palabras», no se introduce acentuación, y tampoco puntuación moderna, sino que se refleja la del documento.
En cambio, en la que hemos llamado «presentación crítica», se resuelven las abreviaturas sin dejar constancia, se uniforman las diferencias gráficas sin transcendencia fonética (p. ej., c y ç ante e, i), se reparte mayúscula y minúscula para marcar la oposición entre nombre propio y nombre común, se interviene en la «unión y separación de palabras con criterio lexicológico» y se puntúa de acuerdo con la sintaxis antigua (los criterios de estos dos tipos de «edición» se exponen detalladamente en Sánchez-Prieto Borja, 1998).
Una vez realizadas la presentación crítica de los documentos, se elaboran índices verbales completos electrónicos gracias al programa diseñado por B. Horcajada expresamente para textos medievales y de los siglos XVI y XVII. Dicho programa sirve para calibrar las características de los textos.
Los documentos quedan así disponibles en una triple forma: a) facsímil (fotografía digital de alta calidad), b) transcripción paleográfica y c) presentación crítica.
Este triple acceso permitirá llevar a cabo un amplio estudio de los documentos conforme a los objetivos señalados más arriba, y que, en resumen, atenderá a los siguientes aspectos:
- Estudio diplomático (tipo de documento y relación de la tipología con los usos lingüísticos).
- Estudio paleográfico (tipo de letra, caracterización cultural y lingüística del emisor del autor del documento, relación entre usos paleográficos y usos gráficos).
- Estudio gráfico-fonético (pretende la reconstrucción de los usos fonéticos a partir del examen de las grafías).
- Estudio morfosintáctico (revelará los rasgos destacables en morfología y sintaxis, con atención especial a los diferentes niveles de uso de la lengua).
- Estudio del léxico (se examinarán palabras no documentadas anteriormente; se estudiarán las palabras de diferentes ámbitos referenciales).
Una vez transcritos los documentos se iniciará el estudio lingüístico, que atenderá a los apartados antes enumerados, y detallados en el apartado de "Hipótesis y objetivos" del proyecto.
También está previsto elaborar un CD-ROM con el catálogo de la documentación municipal medieval y otro con las transcripciones y los facsímiles (previa autorización del ARCM) de los documentos tanto medievales como del s. XVI. Los CD-ROM incluirán índices léxicos completos. Las transcripciones también se publicarán en forma de libro (dentro de la colección Textos para la historia del español).
El estudio de los documentos transcritos dentro de este proyecto deparará, seguramente, más de una sorpresa en el conocimiento del castellano del centro peninsular en los siglos XVI y XVII. Los resultados de la investigación se difundirán en revistas especializadas nacionales e internacionales.